Hoy me he puesto a escribir, lo que puede ser una novela. Solo hay una cosa que pueda hacer que la acabe: un objetivo. Sin él, estoy perdida. Se que jamás lo mandaré a un concurso, tampoco intentaré que alguien lo lea, pero quizás si que lo mande a imprimir. Sería el libro más caro de la historia, pero probablemente el más valioso.
Dar vida, plasmar tus miedos, emociones, y sensaciones en todos y cada uno de los personajes, puede llevarme a fijarme con detalle en mi entorno. Entorno, que cada día consigue alejarme más de él. Ser una espectadora, ese es mi cometido, esa es mi vida.